
Dos astronautas de la NASA, Butch Wilmore y Suni Williams, han estado atrapados en la Estación Espacial Internacional (ISS) debido a múltiples problemas con la nave espacial Starliner de Boeing. Los astronautas, que debían regresar a la Tierra después de una misión de una semana, llevan ahora 49 días en el espacio. Los problemas comenzaron con el descubrimiento de cinco fugas de helio y propulsores defectuosos, lo que ha retrasado significativamente su regreso. Los ingenieros en tierra están trabajando para solucionar y resolver estos problemas, aunque las causas exactas siguen siendo inciertas.
El Starliner de Boeing, parte del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, fue diseñado para transportar astronautas hacia y desde la ISS, proporcionando una alternativa al Crew Dragon de SpaceX. Sin embargo, esta misión ha enfrentado numerosos contratiempos, incluido un fallo de software en su primer vuelo de prueba no tripulado en 2019 y problemas de válvulas en un intento posterior. Los retrasos de la misión actual se deben en parte a estos problemas técnicos recurrentes, destacando los desafíos que enfrenta Boeing para garantizar la fiabilidad de la nave espacial.
El regreso de los astronautas se ha programado tentativamente para mediados de agosto, aunque la NASA y Boeing están trabajando para traerlos de vuelta antes si es posible. La nave está acoplada al módulo Harmony de la ISS, y los ingenieros están realizando controles exhaustivos para garantizar la reentrada segura del Starliner. A pesar de las complicaciones, tanto los funcionarios de la NASA como de Boeing han expresado confianza en la capacidad de la nave para traer a los astronautas a casa de manera segura una vez que se resuelvan los problemas.
Esta misión es crucial para Boeing ya que busca establecer el Starliner como una opción viable para misiones rutinarias de astronautas. La estancia prolongada de Wilmore y Williams en la ISS ha permitido pruebas adicionales y la recopilación de datos, que serán invaluables para futuros vuelos. Los esfuerzos continuos de análisis y resolución de problemas son pasos críticos hacia la certificación del Starliner para misiones regulares y la reducción de los riesgos de problemas similares en futuros lanzamientos.